PRESIDENTA   MICHEL BACHELET JERIA.  (Enero, 2006)

 

No obstante ser mujer, encontré exagerado pero a la vez festivo el traslado de la palabra matria por patria  y el eje masculinización por el  concepto enmujeramiento.

Pero, posteriormente con el filtro de la reflexión personal, considero que la plasticidad de ambas concepciones interpelan y reformulan la  base del gran cambio cultural que nuestro país está vivenciando. Ambas expresiones encarnan en lo profundo, la expectación coparticipativa  respecto de lo que  ambos géneros deben realizar para uniformar el espacio  cotidiano de las amabilidades, del respeto, de las confianzas, de las legitimizaciones, del conocimiento acumulado y del accionar cooperativo de los actores civiles involucrados en el proceso de hacer una mejor patria.

¡Qué desafío¡

No es fácil  erradicar la miopía de los aspectos más agrios del machismo y hembrismo que todavía transitan en la cotidianeidad de la urdiembre social, de ahí la necesidad de visibilizar las diversas realidades actuales,  para conquistar y afiatar cambios, lo que traduce  beneficios y  correspondencias en el ámbito profesional, laboral, educacional, social, cultural, legal y  familiar. Por tanto, desde este sentido, no lo interpreto como el empoderamiento de la mujer sino como  propuesta  fundamental inserta en el escenario argumentativo de su enfoque,  razonamiento que percibo como la exclusión de la disparidad e  inclusión  de la simetría.

No voté por Ud., Sra. Presidente,  pero  cuando mencionó la palabra sueños me sentí identificada, por eso le entrego mi confianza y  mis expectativas, lo que me conduce a prometer como mujer, profesional y jefa de hogar  perseverar desde mi experticia, para potenciar mi  sueño que traduce la aspiración de padres/madres post-separación conyugal y/o vincular  " compartir plenamente sus hijos cuando se instalan como familia no intacta o disuelta". 

¡Qué desafío,  erradicar la cesantía socio afectiva y presencial de padre y/o madre no custodio¡

El eje ancla de mi esfuerzo profesional es el interés superior del niño, este compromiso se enlaza con la  familia y con mi país, por eso Señora Presidenta,  espero que mis propuestas  sean consideradas en su gobierno. Estas proposiciones requieren una estructura perfilada porque emergen tanto de la investigación personal como del trabajo en terreno y algunas de ellas emanan de los principios de Primer Encuentro Iberoamericano de Padres por la Igualdad Parental,  contenidos en la Declaración de Santiago, 2004,  (incluida en esta sección de artículos).

Al respecto y muy sucintamente, urge solicitar al legislador  la creación de:

  • Un Ministerio de la Familia, que aglutine toda la temática concerniente a ella.

  • Un nuevo cuerpo legal que contenga el Código de la Familia.

  • Un equipo interdisciplinario especializado en la dinámica familiar que opere en los Tribunales de la Familia.

  • Un Servicio Nacional del Hombre.

  • Un  paradigma de tuición compartida,  en base al principio de coparentalidad. (Modelo que Padres por la Igualdad Parental (PIP) hemos articulado para ser presentado al Congreso).

  • Que se  sancione y se tipifique como delito grave el Síndrome de Alienación Parental (SAP) o rechazo inducido contra el progenitor no custodio; debido a que los comportamientos alienadores en consonancia con el ritmo y el clima de la programación, cimientan paulatinamente el impedimento, obstrucción y destrucción vincular en la relación  parento-filial. Estas estrategias manipulativas son altamente perniciosas, y dicen relación entre otras, a la interferencia crónica en el impedimentos del contacto directo y regular con el niño, (incumplimientos legales y los cambios de residencia no informados las falsas denuncias de abuso sexual y el secuestro parental de menores. 

Estos contenidos,  así como otros, elaborados en las mesas redondas del Encuentro Santiago (2004), señalan las carencias de  nuestra familia, y esto nos convoca a no seguir reflexionando sino a gestar  acciones que permitan a cualquier constelación de matriz relacional, restaurar  la singularidad de su dinámica socio afectiva,  porque  desde el vínculo de apego aprendemos a relacionarnos con los otros y los otros en definitiva  somos las personas, que desde distintas vertientes internas construimos  e instalamos la impronta  generacional  de nuestra familia.

Concluyendo, creo y acepto con respeto la diversidad, y lo expreso porque  las personas que hemos observado y  participado en el ritual de la transmisión del mando,  hemos desarrollado diferentes miradas frente a la solemnidad del acto. Desde este contexto, tuve la sensación que a esta ceremonia participativa llegaba una novia al gran templo de la nación,  para ser entregada por el padre Sr. Ricardo Lagos (ex presidente)  lugar donde recibió la banda presidencial de manos de otro ex presidente  Sr. Eduardo Frei,  momento que vislumbré como el anillo que sella el compromiso de Ud., con nuestro país.

En el Congreso se fraguó un momento de encantamiento que deseo se prolongue, porque  Ud., Sra. Presidenta se matrimonió con Chile y con la familia chilena.

María Guisella Steffen Cáceres

Magíster en Ciencias de la Educación y Licenciada en Familia y Relaciones Humanas