¿Qué es la coparentalidad?
Desde su concepción más profunda, la coparentalidad
es el espacio soberano del niño, vitalizado permanentemente por
la vinculación afectiva y la estabilidad psicosocial que le suministran
ambas figuras parentales, aspectos que configuran la realidad dinámica
del contexto familiar y que deben trascender a la denominada familia rota
o no intacta.
El modelo coparental comprende la custodia física
y legal conjunta con períodos de alternancia determinado por ambos
padres, lo que implica equidad para tutelar en recíproca asistencia
interparental la protección socioafectiva de los hijos, dinamizando
su calidad de interlocutores válidos en las etapas de la crianza,
cimentando el ejercicio de sus capacidades de parentalización en
beneficio de su desarrollo bio-psico-social, para acceder y restablecer
los deberes y derechos del paternaje y maternaje.
En este sentido, los mecanismos propulsores del modelo
coparental, dicen relación con la elaboración de los siguientes
aspectos:separar los resentimientos residuales de la separación;
reorganizar las relaciones sociales entre ellos, re-establecer nuevas
relaciones con sus hijos, que en definitiva, implica el colosal esfuerzo
de separar parentalidad de conyugalidad.
El modelo coparental re-establece el equilibrio interparental
al activar el rol y fortalecer ambas presencias para compartir a los hijos
en forma equitativa, con lo cual se evita la confrontación vía
judicial, se despotencia el conflicto, se erradican las tácticas
coercitivas, se disminuye el desborde parental, la sobrecarga del maternaje
y se preserva el vínculo parento-filial.
En base al interés superior del niño, la
tuición compartida es un derecho a su persona como sujeto jurídico
y un derecho que compete a ambos padres, en consideración a la
impronta nutricia y normativa que graban en la cotidianeidad vivencial
del hijo.
La modalidad coparental enmarcada en la tuición
compartida, es un paradigma familiar post-separación conyugal,
que requiere una toma de conciencia psico familiar y socio jurídica
tendientes a resguardar la familia rota en aras de tutelar y preservar
la validez de la relación paterno-filial post-separación
conyugal.
Esta nueva realidad se significa como el espacio de las
decisiones compartidas e integra el arduo y abnegado compromiso de ser
padre y madre sin ser una dualidad, pero, que permite a la familia disuelta
seguir siendo la instancia de pertenencia, espacio educativo y dinámica
de los afectos y otorga al hijo, el derecho a crecer con un vínculo
sano e integral protagonizado por sus dos padres, para historiar su propia
familia, que en definitiva es el perfil que se plasma en la tuición
compartida, y es el paradigma que coincide con el interés superior
del niño.
M. Guisella Steffen Cáceres
Licenciada en Familia y Magíster en Ciencias
de la Educación,
con Mención en Orientación, Relaciones Humanas y Familia.
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