La dinámica socioafectiva originada desde una relación coparental
armoniosa y cooperativa, beneficia el proceso interaccional sano que experiencian
tanto padres como hijos post-separación.
Desde los Hijos
Este modelo desde la perspectiva de los hijos, conserva
la impronta afectiva instalada por los padres y la secuencia socializadora
permanente, cimenta las bases de su personalidad potenciada a través
de la crianza y etapas formativas, lo que les habilita la interiorización
de normas conductuales y modelos vivenciales. Los padres operan como referentes
valóricos del aprendizaje de los roles adultos, habilidades y atributos
que los hijos desarrollarán posteriormente en su hogar y en sus
relaciones futuras.
La relación igualitaria con ambos figuras parentales,
impide la existencia de padres periféricos/casuales/en tránsito
y/o ausentes, en base a que se establece un amplio patrón comunicacional
que fomenta un diálogo sostenido, evitando el problema de las lealtades,
les inculca la solidaridad y los adiestra para solucionar situaciones
problemáticas por razón de acuerdos.
Desde los padres
Ambos rescatan el paternaje y maternaje, desde la importancia
de ser tutores igualitarios para continuar su labor parento-filial, aspecto
que les permite concretizar sus aptitudes individuales sin ser descalificados
y/o discriminados por sistemas institucionales y/o por las respectivas
familias.
Se evita la sobrecarga del maternaje o paternaje solitario,
dado que ambos comparten la crianza y también los gastos que devengan
de la manutención de los hijos y a su vez, les permite contar con
el tiempo requerido para desarrollarse en lo profesional, laboral, recrear
sus intereses en lo social y perfeccionar sus capacidades personales.
Desde estas precisiones, es posible afirmar desde el ángulo
terapéutico, que este modelo fomenta los acuerdos y activa la cooperación
entre los dos ex cónyuges, expresada en la necesidad de participar
y mantener el contacto permanente con sus hijos, participando en las actividades
del aula escolar, siendo presencia activa en las fechas significativas
de engranaje emocional (cumpleaños, festividades de fin de año,
etc).
La tuición compartida plasmada en el modelo coparental
configura un marco más saludable para el grupo familiar, dado que
les permite a ambos padres focalizar sus funciones, evita la ausencia
paternal, el que un padre esgrima mayor autoridad frente al otro progenitor,
libera el acceso a los hijos, reduce la discrepancia en el sistema interparental,
que en definitiva son premisas que catapultan los diveresos comportamientos
alienadores derivados de la custodia exclusiva.
Los privilegios de la tuición compartida constituyen
una realidad en varios entornos sociológicos, probando ser el modelo
integral para preservar ambas presencias vinculares en la cotidianeidad
del hijo de una familia rota.
M. Guisella Steffen Cáceres
Licenciada en Familia y Magíster en Ciencias
de la Educación,
con Mención en Orientación, Relaciones Humanas y Familia.
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