EL BENEFICIO DE LA TUICIÓN COMPARTIDA
(Abril, 2004)


La dinámica socioafectiva originada desde una relación coparental armoniosa y cooperativa, beneficia el proceso interaccional sano que experiencian tanto padres como hijos post-separación.

Desde los Hijos

Este modelo desde la perspectiva de los hijos, conserva la impronta afectiva instalada por los padres y la secuencia socializadora permanente, cimenta las bases de su personalidad potenciada a través de la crianza y etapas formativas, lo que les habilita la interiorización de normas conductuales y modelos vivenciales. Los padres operan como referentes valóricos del aprendizaje de los roles adultos, habilidades y atributos que los hijos desarrollarán posteriormente en su hogar y en sus relaciones futuras.

La relación igualitaria con ambos figuras parentales, impide la existencia de padres periféricos/casuales/en tránsito y/o ausentes, en base a que se establece un amplio patrón comunicacional que fomenta un diálogo sostenido, evitando el problema de las lealtades, les inculca la solidaridad y los adiestra para solucionar situaciones problemáticas por razón de acuerdos.

Desde los padres

Ambos rescatan el paternaje y maternaje, desde la importancia de ser tutores igualitarios para continuar su labor parento-filial, aspecto que les permite concretizar sus aptitudes individuales sin ser descalificados y/o discriminados por sistemas institucionales y/o por las respectivas familias.

Se evita la sobrecarga del maternaje o paternaje solitario, dado que ambos comparten la crianza y también los gastos que devengan de la manutención de los hijos y a su vez, les permite contar con el tiempo requerido para desarrollarse en lo profesional, laboral, recrear sus intereses en lo social y perfeccionar sus capacidades personales.

Desde estas precisiones, es posible afirmar desde el ángulo terapéutico, que este modelo fomenta los acuerdos y activa la cooperación entre los dos ex cónyuges, expresada en la necesidad de participar y mantener el contacto permanente con sus hijos, participando en las actividades del aula escolar, siendo presencia activa en las fechas significativas de engranaje emocional (cumpleaños, festividades de fin de año, etc).

La tuición compartida plasmada en el modelo coparental configura un marco más saludable para el grupo familiar, dado que les permite a ambos padres focalizar sus funciones, evita la ausencia paternal, el que un padre esgrima mayor autoridad frente al otro progenitor, libera el acceso a los hijos, reduce la discrepancia en el sistema interparental, que en definitiva son premisas que catapultan los diveresos comportamientos alienadores derivados de la custodia exclusiva.

Los privilegios de la tuición compartida constituyen una realidad en varios entornos sociológicos, probando ser el modelo integral para preservar ambas presencias vinculares en la cotidianeidad del hijo de una familia rota.

M. Guisella Steffen Cáceres
Licenciada en Familia y Magíster en Ciencias de la Educación,
con Mención en Orientación, Relaciones Humanas y Familia.